¿Cómo evitamos desperdiciar alimentos?
Según un artículo de El País, en 2019 alrededor de 931 millones de toneladas de alimentos acabaron desperdiciándose en el mundo. Una cifra considerable a la que hay que atender urgentemente desde la sociedad.
Además, datos de la FAO (Food and Agriculture Organization), en Europa un 12% de los alimentos se pierde o se desperdicia en la etapa de manipulación y almacenamiento previa a la transformación, un 5% en la etapa de procesamiento y un 9% en la etapa de distribución y comercialización.
El primer lugar desde el que podemos evitar desperdiciar alimentos es en casa.
Debemos hacer compras responsables, no comprar por comprar. Adquirir productos en función de nuestras necesidades, para que así no nos veamos obligados a desechar algunos productos que caducan en nuestras despensas y frigoríficos.
Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, aportan consejos para evitar el desperdicio alimentario en el hogar.
- Adopte una dieta más saludable y sostenible
- Compre solo lo que necesita: planifique sus compras, ahorrará también dinero.
- Elija frutas y hortalizas feas: no juzgue su apariencia, el sabor es el mismo.
- Almacene los alimentos con sensatez: sitúe los productos más antiguos delante y los nuevos atrás. Utilice contenedores herméticos para mantener frescos en el frigorífico los alimentos abiertos y asegúrese de cerrar los paquetes para que no entren insectos.
- Comprenda el etiquetado de los alimentos: diferencia entre las fechas de “consumo preferente” y “caducidad”.
- Empiece por lo pequeño: Sirva en casa porciones más pequeñas o comparta platos más grandes en los restaurantes.
- Valore las sobras: Si no se come todo lo que prepara, congélelo para más adelante o utilice las sobras como ingrediente de otra comida.
- Haga uso de los alimentos desperdiciados: En lugar de tirar a la basura desechos de comida, haga compost con ellos. De esta forma devolverá nutrientes al suelo y reducirá su propia huella de carbono.
- Respete los alimentos
- Apoye a los productores de alimentos locales: También contribuye a la lucha contra la contaminación reduciendo la logística por carretera.
- Mantenga a flote las poblaciones de peces: Consuma especies de peces que abunden más, como la caballa o el arenque, antes que otras que corren peligro de sobreexplotación, como el bacalao o el atún. Compre pescado que se ha capturado o criado de forma sostenible, como pescado provisto de etiqueta o certificado ecológico.
- Use menos agua
- Mantenga limpios los suelos y el agua: El desperdicio comienza por la contaminación, reciclar es importante.
- Coma más legumbres y verdura
- Compartir es cuidar: Done los alimentos que de otro modo se desperdiciarían. Por ejemplo, mediante aplicaciones los vecinos pueden conectarse entre sí y con empresas locales para que los excedentes de alimentos puedan compartirse y no tirarse a la basura.
Una vez nos comprometemos desde casa a cumplir con estos pequeños consejos de cómo evitamos desperdiciar alimentos, somos las empresas las que también debemos hacer conciencia de la repercusión de nuestras acciones y buscar el modo de aportar nuestro grano de arena ante este problema.
“La innovación ayuda a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos”, así lo pone en valor la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, además de aportar tres fórmulas inteligentes e innovadoras: Aplicaciones para maximizar la venta o donación de alimentos, nueva tecnología mediante el diseño de productos en 3D y equipos simples utilizados de forma innovadora.
Ahora que ya hemos respondido a la pregunta; ¿Cómo evitamos desperdiciar alimentos?, os queremos explicar cómo ayudamos nosotros.
¿Cómo ayudamos nosotros?
En Nadie sin su ración diaria, hemos entendido que las donaciones de alimentos, siendo nuestra labor central, son también un factor que acrecienta la cantidad de kilos de productos desperdiciados.
Es por ello que a través de la digitalización de todo el sistema que envuelve y hace posible estas donaciones de alimentos, se permite no tratar de forma física con el producto.
Evitando la logística habitual, basada en las grandes recogidas de alimentos y el reparto en mano de los mismos a los beneficiarios, junto con el traslado de los alimentos, se reduce prácticamente a cero el desperdicio.
Ahora es el beneficiario quien gestiona de forma autónoma su compra, siendo perfectamente capaz de adquirir aquello que vaya a consumir, sean alimentos perecederos o no perecederos, ya que gracias al sistema, se le permite acceder a todo tipo de productos con su tarjeta, para no disponer únicamente de conservas y productos no perecederos.