¿Cocinar con aceite de girasol es realmente malo?

Utilizar aceite de girasol no es del todo malo, siendo consciente que existen otras alternativas más saludables y con mejores propiedades nutricionales.

De las características nutricionales que tiene el aceite de girasol podemos destacar que es un aceite rico en grasas insaturadas, concretamente poliinsaturadas, sin embargo, con un contenido mínimo en vitaminas liposolubles como son la E. 

De entre todos los aceites, el aceite de oliva virgen extra (AOVE) es la opción más saludable para su uso en nuestra alimentación diaria. Del valor nutricional que posee este aceite podemos destacar que es de alto valor calórico, su perfil graso está formado por grasas insaturadas, concretamente grasas monoinsaturadas, y en menor concentración vitaminas liposolubles como son la A y la E.

 Su importancia radica en los componentes antioxidantes que conseguimos tras su ingesta. La principal cuestión que se deriva de esto es que ambos aceites funcionan diferentes cuando los sometemos a la fritura. Al someter el aceite a altas temperaturas provoca que se queme y reduce su calidad. En definitiva, el AOVE será la mejor opción por su alto contenido en antioxidantes naturales, esto hace que se degrade menos y más lentamente que otros aceites vegetales, como en este caso el de girasol.